Los lugares de Belem que no te puedes perder

Belem se ha convertido en una excursión muy popular entre los viajeros que visitan Lisboa, y estás a punto de descubrir por qué. Con su impresionante paisaje, su ciudad exquisitamente colorida y sus famosos restaurantes de marisco, ¿Cómo dejar escapar a esta encantadora y relajada ciudad costera para pasar el día, donde descubrir una historia distinta en cada esquina?

Como antigua residencia real también conocida como Bethlehem y con una arquitectura del siglo XVI, Belem es famosa por ser un distrito de museos donde se encuentran muchos monumentos significativos de Lisboa y Portugal. Al ser la capital, Belem es la sede del presidente de Portugal, así como de los deliciosos Pasteis de Belem, una tarta de crema caliente con una ligera envoltura crujiente. En la actualidad, a sólo seis kilómetros del centro de Lisboa, se encuentran no uno, sino dos lugares declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, lo que convierte a este antiguo pueblecito en una visita obligada cuando se viaja a Lisboa.

El primer enclave declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO es uno de los más destacados del estilo arquitectónico gótico tardío portugués, el Monasterio de los Jerónimos, un antiguo monasterio de la Orden de San Jerónimo. Aquí encontrarás columnas talladas, motivos marinos, una hermosa decoración de azulejos, jardines, una gran fuente y mucho más. En el interior de las casas del siglo XVI se encuentran varios restaurantes tradicionales con asientos al aire libre, ¡qué más se puede pedir! Con vistas al río Tajo, sería criminal perderse esta obra maestra del siglo XVI.

El segundo lugar declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y defensor de la ciudad es la Torre de Belem. Construida entre 1514 y 1520 por el arquitecto y escultor portugués Franciso de Arruda, esta torre se utilizaba para proteger la ciudad de las incursiones que llegaban. La impresionante planta baja de esta joya arquitectónica tiene 16 ventanas con cañones, incluso fosas y agujeros donde se arrojaban los prisioneros y una terraza en el tejado. Hay entradas disponibles para explorar esta impresionante torre y recomendamos encarecidamente que la incluyas en tu lista de visitas obligadas.

Te recomendamos tres formas de llegar a Belem desde Lisboa y la primera es a través del tranvía. Toma el tranvía número 15 en dirección a Alges, con salida en la Praca de Figueira. Una vez a bordo el viaje dura unos 25 minutos, bájate en el Mosteiro dos Jeronimos o dos paradas después y camina 5 minutos hacia el río Tajo. El segundo medio de transporte es el tren. Ve a la estación de Cais do Sodre y son tres paradas hasta Belem, una vez allí son 10 minutos a pie hasta el Monasterio de los Jerónimos.
La tercera opción es el autobús hop-on-hop-off, es el servicio de autobús amarillo que hace el recorrido del Tajo y sale de la Praca de Figueira. El autobús visita varias zonas turísticas, entre ellas Belem.

Ninguna visita a Belem está completa sin una parada en la Pasteia de Belem, donde podrás probar la antigua receta secreta del Mosterio dos Jeronimos. Estos deliciosos bocados se elaboran a mano, utilizando únicamente métodos tradicionales, y la receta permanece inalterada hasta nuestros días. Si visitas Belem, te arrepentirás de no haber probado esta tradición. Además te recomendamos que compres algunos extras para llevar, ya que una vez que hayas experimentado la delicia de este Pasteis, te garantizamos que harás cola para comprar más.

Por último, en nuestra lista está el Monumento a los Descubrimientos, también conocido como Padrao dos Descobrimentos. Esta impresionante escultura se encuentra en la orilla norte del río Tajo y celebra la Era de los Descubrimientos de Portugal. Además de la estatua principal de Enrique el Navegante, a ambos lados del monumento hay 33 figuras de la historia de los descubrimientos. Por 6 euros se puede subir en ascensor hasta la cima y disfrutar de unas impresionantes vistas de Lisboa, así como de una pequeña exposición que muestra la historia de la colonización y de Portugal.